Conocí la metodología Godly-Play por casualidad. Estábamos celebrando la Semana Santa y una de las mamas que se ocupaba de la guardería
había preparado una sesión para los peques. Mi hijo tenía en aquel entonces dos añitos y no quería quedarse sólo en la guarde, así que
me senté en el circulo con todos los niños. La mamá empezó a hablar con mucha suavidad y muy despacito a la vez que sacaba una ciudad
hecha de madera y unos personajes del mismo material. Sin levantar la mirada de aquellos objetos nos fue contando la historia de la
Pascua al tiempo que movía las figuras de un lado a otro. Cuando terminó levanto la mirada y empezó a hacerse preguntas así misma en voz alta, como esta: Me pregunto cómo se sentirían aquellas personas al ver a…

Los niños no quitaron ojo a la historia en ningún momento y cuando ella se hacía preguntas ellos RESPONDÍAN!. Seguido hicieron un pequeño ágape
e invitaron a los niños a elegir el trabajo que querían hacer. Algunos niños jugaron con la historia que la mamá había contado y daba gusto ver
como se la contaban unos a otros una y otra vez.
De esto hace casi tres años, me interesé por el tema y lo he tenido en el corazón todo este tiempo. El año pasado surgió la oportunidad
de hacer el curso básico en Godly-Play con David Pritchard (presidente de la asociación Godly-Play España) y la aproveché.

Soy maestra de religión y he sido catequista muchos años y siempre he buscado una forma de transmitir la fe a los niños que me convenciese.

Godly-Play está basado en la pedagogía Montessori, su principal promotor es Jerome Berryman,(pastor episcopal, teólogo, instructor del
método Montessori y autor de diversos libros sobre el método) tiene materiales con los que los niños pueden aprender y jugar que abarcan
historia sagrada, liturgia y parábolas. Enseña a los niños el arte de usar el lenguaje religioso para dar sentido a sus experiencias y
llegar a ser más conscientes de la presencia misteriosa de Dios en sus vidas. Uno de los objetivos del método es crear un lugar seguro para
los niños, donde sus ideas, opiniones y capacidades sean profundamente respetadas. Las salas godly-play y el tiempo están muy bien organizadas
y estructurados y son súper atractivas para los niños.

De este método me gusta que no soy yo la que doy la respuesta a los niños, soy la que los provoca para que se pregunten, soy la que les proporciona
herramientas para encontrar respuestas, me encanta verles jugar con las historias, me gusta que ellos puedan elegir cómo responder a las historias y
lo respetuoso que es con el proceso de cada niño.
Después de años de clases y catequesis aburridas por fin he descubierto algo que me convence, acabo de empezar, pero tengo muchas ganas de aprender.