Del 26 al 30 de Junio tuvo lugar la reunión de Consejo del ENC que, esta vez, se juntó con el primer retiro de liderazgo de la organización. Ha sido un tiempo de bendición para mí y quería compartirlo con vosotros.

En la primera parte tuvo lugar el consejo donde se hizo un repaso de lo acontecido en los últimos meses, así como los retos futuros. El punto en que más se hizo hincapié fue la creación de CHARIS. Ya hemos comentado en otras ocasiones acerca de este nuevo órgano de servicio que el Papa ha promovido para la unidad de todas las expresiones del Espíritu Santo en sus diversas formas (católicas y no católicas). Os animo a rezar por este proyecto y que sea de mucha bendición para toda la Iglesia. Y digo toda por el fuerte carácter ecuménico que le están dando donde quieren incluir a la iglesia evangélica y ortodoxa que se quiera unir (algo sin precedentes hasta ahora).

Cabe destacar también que en el Gathering de Noviembre, la OKS (organización de comunidades de Ucrania, compuesta por más de 40 comunidades con miembros de rito latino y bizantino), tras varios años de acercamiento, van a dar el paso a ser miembros provisionales. Este periodo de 3 años de membresía provisional será de discernimiento al respecto, aunque todo parece apuntar que llegarán a ser miembros definitivos. Esto es un gran salto para el ENC puesto que pasará de unos 6.000 miembros comprometidos de las comunidades a unos 9.000 miembros por la aportación de Ucrania. Estos números me ayudan a entender que no estamos solos. Que formamos parte de una familia mayor. El Señor nos ha dado hermanos de la fe con vivencia comunitaria… Y eso es grande.

En cuanto al retiro de liderazgo, yo iba con mucha expectación. Por un lado, era la primera vez que se hacía. Por otro, le preguntaba al Señor qué me iba a enseñar estos días aquí. Esta iniciativa nace en el Gathering de hace dos años (fue al primer encuentro que fui) donde se hizo una encuesta muy extensa a los líderes de las comunidades presentes y los resultados de la misma arrojaban el cansancio, los agobios, la saturación y el estado general de este grupo. Ante esta situación, el ENC propuso esta conferencia que será bianual, para poder juntar a los líderes de las comunidades y darles soporte.

Las jornadas se organizaron en Nimnica, famosa por sus aguas termales y por el spa donde tuvo lugar. Un sitio muy chulo, a los pies de un lago, rodeado de montañas, que estuvo acompañado por un clima estupendo. Como la clave era el descanso, se plantearon oración y plenarias por la mañana para dejar las tardes libres al descanso, animando a la gente a ir al spa (muy económico por cierto así que para la próxima me llevo chanclas y toalla), a dar un paseo por la montaña (cosa que hice y fue una pasada orar durante dos horas paseando por el bosque), a leer, a conversar con los hermanos… Después de cenar (bueno, para nosotros merendar, a las 18:30 h) había también ratos de oración o alguna charla más distendida.

Se estuvo enseñando sobre la identidad de hijos de Dios. Este es un tema muy importante para la madurez personal del cristiano entendiendo que, si alguien te debe corregir, la normal es que sea sobre alguna de tus habilidades y no sobre tu identidad (sobre quién eres en realidad). De esta forma, cuando un líder corrige a alguien, le ama por quien es, pero quiere corregir una habilidad o actitud que puede ser mejorada (para su propio bien y el de la comunidad) sin afectar para nada a su persona ni a su relación personal. El gran error de identificar nuestra identidad con nuestras habilidades (con lo que hacemos) hace que corregir algún aspecto se entienda como un ataque hacia nuestra persona (y surgen las heridas y los dramas). Esta “confusión” provoca mucho dolor y malestar innecesario. Os animo a que personalmente meditéis sobre este tema, recordad momentos en los que os han corregido (en el trabajo o en la comunidad) y cómo habéis reaccionado, qué os ha hecho sentir. Si lo que veis no está bien, trabajad por cambiarlo. Es un pequeño cambio que tiene grandes repercusiones para bien en las vidas de todos.

Se hablaron de muchos otros temas “candentes” a la hora de hablar del liderazgo como el síndrome del quemado, cómo se lleva compaginar trabajo secular y trabajo comunitario, principios del levantamiento del liderazgo… Son temas que no son nuevos, pero siempre es bueno volver a reinterpretarlo desde otro punto de vista o enfatizar aspectos que otras veces pasan desapercibidos.   

Lo último que quería destacar está en relación con la importancia de crear una cultura de ánimo y positivismo entorno al liderazgo. De esta forma es mucho más fácil la transmisión del liderazgo a los nuevos jóvenes, cosa que es difícil si los líderes proyectan la imagen del cansancio y el agobio constante. ¿Cuál es la realidad? Que las veces que he tenido que ejercer el liderazgo me gusta por la sencilla razón de ayudar a los demás. Me encanta ayudar a la gente y desempeñando esta función creo que lo hago. Además, me sirve para estar más cerca de Dios. Me ayuda a rezar con más empeño por las misiones encomendadas y a rendirme ante el Señor cuando es evidente que únicamente por mis fuerzas no puedo lograrlo. En general es por todas estas razones por las que lo hacemos y no está bien cuando proyectamos la imagen del líder ultra ocupado, con mil cosas que hacer y que no llega a todo. A pesar de haber momentos de eso, es maravilloso para nuestra vida lo que Dios hace en cada uno de nosotros a través del liderazgo. Hagamos el propósito de cambiarlo para proyectar la realidad y no una distorsión de la misma.

Me despido de vosotros con una foto de las que tomé durante mi oración por los montes de Nimnica, donde rezaba por la comunidad, por cada uno de vosotros, por los retos que Dios nos pone por delante y porque nos dé la fuerza para alcanzarlos. Os llevo en el corazón. Un fuerte abrazo a todos.

Jairo