Recuerdo que cuando empecé a escuchar el término CHARIS en la comunidad todavía me costaba hacerme una idea de qué era. Yo empezaba a dar pasos en Fe y Vida y esa realidad me quedada lejana. Solo me iba enterando de que Guada y Amador habían ido a una asamblea en Madrid, de que Alejandro era miembro de los que coordinaban a nivel nacional, pero ya está, sin ningún calado… Y unos años más tarde me he encontrado representando a la comunidad en dos encuentros importantes de CHARIS a nivel internacional y nacional. ¡Ahora sí que me he podido enterar y tiene que ver un poco más conmigo!
La primera toma de contacto la tuve en Roma, del 10 al 13 de octubre, para asistir a la II Conferencia internacional para responsables de comunidades carismáticas. Acudí con Carlos Molina, un hermano de la comunidad ordenado diácono recientemente y fue un disfrute porque era la primera vez que acudíamos en misión juntos (aquí traigo también su aportación). El lema de este encuentro fue “Construir comunidades sanas” y ya pintaba interesante.
Pero antes de meternos en harina voy a aclarar qué significan las siglas CHARIS en español: Servicio Internacional de la Renovación Carismática Católica. Y la misión que tiene es, en palabras del papa Francisco, “el Bautismo en el Espíritu Santo, la unidad del Cuerpo de Cristo y el servicio a los pobres son el testimonio necesario para la evangelización del mundo, a la que todos estamos llamados por nuestro bautismo”. Es importante que matice que CHARIS es un servicio, no una familia a la que pertenecer y que su función es, según sus estatutos, “construir y fortalecer la amplia y variada familia de la renovación carismática católica. Por lo tanto, deberían ser tan inclusivos como sea posible y abiertos a las realidades nuevas y emergentes. Es un modelo que se centra en la comunión más que en el gobierno o la estructura”.
Apenas fueron tres días muy bien organizados en los que tuvimos varias sesiones cada día, tiempo de oración, misa… La verdad es que lo que más disfrutamos fueron las conversaciones que mantuvimos durante las comidas. Otro dato técnico que daros es que ¡estuvimos 34 países representados de 4 continentes! Es una riqueza ver que hay hermanos en la fe por todo el mundo. A nivel general, diríamos que hemos escuchado cosas que ya conocíamos, pero no ha sido más de lo mismo o sin importancia. Para nosotros estuvo bien escucharlas y comprobar que tenemos un mismo sentir, visión de las necesidades de la Iglesia y que no estamos solos en esto de vivir la fe en comunidad. Nos quisieron recalcar que CHARIS no es un movimiento sino un servicio querido expresamente por el papa Francisco para la Iglesia, concretamente para la realidad carismática. Y también nos recordaron la importancia de que cada comunidad comparta experiencias de evangelización, discipulado y vida en comunidad para enriquecernos y vivir una comunión mayor.
Nos han pasado los textos de las sesiones que se dieron, pero como no están todos en español, os compartimos los puntos importantes que resumen las diferentes sesiones y que nosotros hemos destacado:
- Es importante que los carismas de cada comunidad estén bien enraizados en la Iglesia. Nos nutrimos mutuamente cuando estamos unidos. Dios ha puesto unos panes y unos peces en nuestra comunidad (carisma) para ponerlos al servicio y Él hará que se multipliquen y lleguen a más gente. Nuestra labor es estar abiertos y ponerlos a disposición a través de nuestro carisma, nuestros dones. En definitiva, ser una comunidad de discípulos en misión (como nos habla el papa Francisco en Evangelii Gaudium).
- Formar a nuevos líderes a través del testimonio. Educar a los líderes como un padre educa a sus hijos, su educación dependerá de nuestra preparación. Tiene que tener claridad y no confundir los propósitos personales con los de la persona. El Espíritu Santo es el encargado de hacer de los cristianos personas santas. Hay que buscar el carisma de la comunidad basado en la santidad de las personas.
- Una comunidad sana es: ecuménica, tiene que acoger a todo tipo de personas, diferencia hermanos de amigos y se enfoca en los jóvenes ya que es la edad más vulnerable. Hay una zona de peligro importante entre los 15 y 24 años pues son susceptibles de alejarse de la fe y, por tanto, no es fácil la evangelización y la formación de discípulos. Es importante desmontar el prejuicio que tienen de “esta es la comunidad de mis padres, no es algo mío”. Hay que conseguir que sientan la comunidad parte de ellos. Para ello es importante que establezcan buenas relaciones entre los jóvenes en sí. La comunidad así será la respuesta a los desafíos, necesidades y carencias de la sociedad postmoderna en la que vivimos: ser como la camilla del paralítico para llegar a Jesús.
- Necesitamos sacar tiempo de donde no lo hay porque la gente necesita que se le dedique tiempo. Necesitamos también nosotros ser cuidados. Un miembro maduro es el que se da cuenta de los límites de su comunidad, la ama con ellos y sabe valorar las otras.
- La relación con las otras confesiones debe comenzar por el amor y no por las ideas. Establecer relaciones en tres dimensiones: familiar (compartir la vida), espiritual (compartir la oración) y laboral (compartir la misión), debe ser en este orden. Es importante que las diferentes confesiones se cuenten las unas a las otras lo que cree cada una porque muchas veces los protestantes creen cosas erróneas sobre los católicos y viceversa. Todos tenemos una llamada al ecumenismo; aunque haya división, hay también una unidad mística que toca a todos descubrir.
- No se puede separar la visión o el carisma del fundador. Él marca el acento y el rumbo en cada momento. Es una gracia dada por Dios a una persona concreta. Dios, cuando transmite su visión, ya cuenta con todo lo bueno y lo malo del fundador para transmitirle su voluntad.
La segunda toma de contacto la tuve en Madrid, el 19 de noviembre, para participar en el V Encuentro de realidades carismáticas católicas de España. Como dato técnico diré que son un total de 25 las que están registradas. El lema de esta asamblea anual fue “Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis (Mt 25, 40)”.
Fue un encuentro sencillo donde tuvimos la celebración de la Eucaristía, pudimos rezar juntos, escuchamos una pequeña enseñanza, elegimos a nuevos miembros del Servicio Nacional de Comunión (SNC) en España y aprovechamos la oportunidad de compartir y conocernos durante los momentos de descanso y en la comida.
La enseñanza (vía ZOOM) la dio François Prouteau (miembro del equipo Internacional y del SCC Europa y Responsable Comisión Promoción Humana) y fue sobre la “Renovación en el Espíritu, acción social y el amor en el mundo”. Quiero compartiros los 4 puntos fundamentales en los que se basó su charla:
- El servicio a los pobres: fundamental para el cristiano y llamada concreta del papa Francisco (Mt, 5).
- La llamada a la unión: a través del Espíritu Santo para vivir la experiencia de Pentecostés esencial para el cristiano.
- La importancia de ser Iglesia en salida: todas las personas tienen necesidad espiritual y material; no somos solo un grupo de oración sino la Iglesia actuando en el mundo.
- La llamada a la acción social: fundamental por las crisis que se están dando alrededor. Estamos llamados a que todas estas situaciones estén habitadas por el Espíritu Santo.
La Eucaristía la celebró Luis Manuel Romero Sánchez, representante de la Comisión de laicos, familia y vida de la Conferencia Episcopal Española, y que está a disposición de CHARIS en España.
En esta asamblea, entre otras cosas, se renovó el Servicio Nacional de Comunión (SNC) en tres de sus miembros tras su servicio durante tres años. En esta ocasión le tocó a Alejandro Bo, nuestro hermano de comunidad, finalizar su labor. Para esta renovación cada comunidad presente había discernido si presentaba candidato y a quién. Tras la pequeña reunión que tuvimos y habiéndose presentado tres nuevos miembros, finalizamos el encuentro con una oración de gracias e intercesión por los miembros que salían y entraban. Como Alejandro no pudo ir esta vez, me pidieron que me pusiera en representación de él y me transmitieron su gratitud por su trabajo. Pude palpar el cariño que se tienen y el anhelo de querer trabajar en la línea que ha marcado el Papa.
Como podéis intuir, todo se enmarca en la comunión, es decir, en una relación de unos con otros de apertura, acogida y fraternidad. En estos encuentros se repite y se deja constancia de la importancia de conocernos y no solo personalmente sino también a nivel comunitario: nuestros carismas, para poder trabajar juntos y ayudarnos a hacer presente el Reino de Dios en nuestro tiempo. Nunca está de más conocer quiénes estamos presentes en la realidad de CHARIS España y a nivel internacional y
establecer relaciones para un futuro.
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