¿Será esto un pequeño oasis?

FE Y VIDA EN VALENCIA

Este fin de semana nos hemos reunido en Valencia para comenzar el curso con un pequeño encuentro de dos días. Para mí ha sido un tiempo de poder intuir cómo estamos creando entre todos ese oasis en medio del desierto. Ese oasis tan necesario que nosotros encontramos hace cuatro años y tanto nos ayudó.

 

 

Un lugar que no es perfecto pero donde se puede descansar, reponer fuerzas y sobre todo donde poder encontrar agua que calma la sed. Un lugar donde sentirte libre para mostrarte cómo eres, donde quitarte las máscaras, donde saberte querido, donde recobrar la calma y sentirte seguro. Un lugar donde experimentar la presencia de Dios.

 

SERVIR EN COMUNIDAD

Este fin de semana pude volver a vivir el regalo del servicio en comunidad. Siempre me impresiona ver cómo Dios toma nuestra pequeñez y lo poco que tenemos y lo transforma en frutos supliendo todo a lo que no llegamos. Ha sido bonito experimentar esa gracia especial que se siente cuando hermanos de diferentes puntos de España nos juntamos para servir. Me sorprende ver cómo nos entendemos con pocas palabras, cómo no hace falta pedir ayuda porque aparecen manos que se ofrecen antes de necesitarlas, cómo encaja cada uno en su lugar… ¡Y qué admiración me provoca esa disposición al servicio! ¡Gracias!

 

 

Fue un regalo poder tener a Josué y Anabel respondiendo a las preguntas que les hicimos. Pudimos aprender más acerca del carisma de la comunidad, del acompañamiento, de la oración, del discipulado, de la misión…Sentada en  círculo, escuchando en cada compartir cómo Dios está actuando, cómo está transformando, cómo da visión, cómo pone pasión en el corazón… me costaba contener las lágrimas. Lágrimas de emoción, de asombro, de gratitud por lo que Dios está haciendo en la vida de las personas que se acercan a la comunidad.

 

“SÍ” A DIOS

Estos días he podido ver pasos valientes, decisiones arriesgadas que hablan de un “SÍ” a Dios. Tal vez ese “sí” sea grande o pequeño, solo Dios y cada persona puede saberlo. Pero me siento sobrecogida por tanta gracia, por ver la mano de Dios en lo que está sucediendo y por el regalo de poder verlo en primera fila.

 

 

Puedo ver cómo el Señor tiene grandes cosas preparadas para Valencia.

 

Y no puedo esperar a verlas.

 

 

Clara Tomás