Os presentamos una entrevista a Josué Fonseca, fundador y responsable de Fe y Vida en la que hablamos acerca de la publicación de su nuevo libro: Audacia, editado por Ediciones Palabra
Necesidad de Formación
Hola, Josué, y gracias por atendernos. Lo primero que nos preguntamos es, ¿de dónde surge “Audacia”?
De la convicción de que, pese a todo lo que en teoría se ha enseñado a lo largo de los últimos años, la escasez de formación cristiana en la gente de hoy es bastante evidente. Cada vez me sorprende más el bajo, o sesgado, nivel de conocimiento que tienen de su fe incluso algunos cristianos activos y comprometidos. Por otro lado, quería unir en una misma obra tres cosas que no siempre aparecen juntas: 1) La fidelidad a los puntos esenciales de la fe, 2) Llevar ese conjunto de verdades a la vida diaria, con ejemplos prácticos, 3) Un lenguaje que sonase “real” a nuestros contemporáneos. Modestamente es lo que he querido suplir con Audacia: no sé si se ha conseguido o no, pero ¡por lo menos lo hemos intentado!
¿A quién está dirigido?
Pues a eso, a cristianos que quieren tener una idea de su fe en conjunto y que desean saber cómo llevarla a la práctica en concreto. Y también a cualquier hombre o mujer a los que les interese el mensaje de Jesús, de cualquier forma honesta que sea.
¿Qué autores sueles leer, que hayan podido influir en esta obra?
Esa es una pregunta difícil de responder porque es muy amplia. Me interesa mucho la exégesis, porque ella nos lleva al núcleo histórico más puro del cristianismo. En este ámbito han sido importantes autores como J. Jeremias, J.D.G. Dunn, J.P. Meier, G. Löhfink o R. Aguirre. Mi segunda pasión es la teología sistemática, y ahí habría que mencionar por encima de todo a K. Rahner, Y. Congar, H.U. Von Balthasar o E. Schiellebeeckx, pero también a H. de Lubac, J. I. G. Faus, J. Ratzinger, H. Küng, B. Sesboüe, J.M. Castillo y otros muchos. En el ámbito puramente teológico evangélico me parecen muy interesantes las aportaciones de K. Barth, P. Tillich y D. Bonhoeffer, y de R. Warren y John Ortberg a nivel pastoral. A un nivel más narrativo, o periodístico, considero dignas de mención las aportaciones de gente como D. Gibson. En Historia, me parece digna de resaltar la obra reciente de G. Alberigo y su escuela, entre otros muchos. En cuanto a la espiritualidad, y aparte de los “clásicos”, mencionaría a Jean Vanier, C. Carretto, Th. Merton, Th. Keating, I. Larrañaga y un largo etcétera. En cuanto a la vida comunitaria no se puede olvidar al propio Vanier, igual que a D. Day o E. Arnold. Fíjate, ¡después de mencionar a todas estas personas me parece injusto no haberlo hecho con, al menos, otras tantas!
Modelos claros para el cristiano de hoy
¿Crees que hay necesidad de más libros de este tipo en el mundo católico?
Creo que lo que “el mundo católico” necesita son modelos claros sobre cómo se puede ser cristiano hoy. No tiene por qué haber uno solo: dentro de la gran Iglesia hay opciones diferentes para vivir la fe, y esto va desde las propias consideraciones eclesiológicas a la espiritualidad y las actitudes ante la sociedad. Siempre que se guarde fidelidad al dogma, a través del Magisterio, y verdadera comunión con la Jerarquía, esa variedad resulta no solo lícita, sino necesaria. Pero hace falta claridad: el verdadero problema en la Iglesia de hoy, en mi humilde opinión, es la falta de claridad. ¡Esto daría para un libro entero!
¿Qué aconsejarías a alguien a quien “Audacia” le haya hecho que le pique el gusanillo?
Que lea la primera página…
¿Has pensado en una segunda parte, ampliando parte del contenido o dirigida a un público con más experiencia?
Está claro que el libro está concebido como una “guía práctica”. Todos los temas podrían profundizarse mucho más.
¿Tienes otros proyectos en mente?
Creo que escribir un libro relacionado con la fe es una cosa muy seria. No puede hacerse como hobby, o porque no se tiene otra cosa mejor en la que emplear el tiempo, ni como forma de adquirir “prestigio personal”. Pienso que lo urgente en la actualidad sería escribir sobre el tema del discipulado, algo que, a nivel católico, se ha hecho poquísimo. Si todavía no he empezado a trabajar en ese sentido es porque publicar no solo es una cuestión de meditación y trabajo personal, también supone muchas consideraciones económicas que dependen finalmente del mercado. Lo más “necesario” desde el punto de vista de uno, no tiene por qué ser precisamente o que más pide el público y eso condiciona mucho a las editoriales. Creo que a la sociedad actual, de la que los cristianos formamos parte, le interesan más las cosas que no hagan pensar mucho, sean agradables de leer ¡y por supuesto cortas!
Esperamos tener noticias tuyas pronto por aquí. Muchas gracias.
Si deseas adquirir el libro lo puedes hacer aquí: AUDACIA
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