Eran las 8, 30 y ya los locales estaban bastante llenos. Cuando comenzamos la oración, unos diez minutos después, alrededor de 200 personas abarrotaban la sala principal. Las 70 sillas estaban ocupadas y la gente se agolpaba en el espacio libre de la entrada y a lo largo de las paredes. La verdad es que estamos bastantes acostumbrados a los eventos con gente, pero lo de ayer tenía un sabor muy, muy especial.
¡Inaugurábamos nuestra nuevo locales de la C/ P.Rábago, en Torrelavega! Tras la venta del piso que fue nuestra sede y lugar de reuniones durante varios años, y algunos más en los que nos cedió con gran generosidad la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, comenzábamos una nueva etapa, y lo hacíamos rodeados de muchos amigos.
Fue un encuentro sencillo y emotivo: unas presentaciones, un rato de oración de alabanza dirigida por el Grupo de Música, un par de videos cortitos y una breve predicación de un servidor de ustedes, como Fundador de la Comunidad. Luego, la bendición solemne por parte de Antonio, el consiliario… y ¡rompan filas! con visita guiada a todos los rincones, y un magnífico (¡pero magnífico!) lunch servido por un grupo de voluntarios… la mayoría menores y muy profesionales.
Personalmente, ayer me sentí muy feliz. No solo por la cantidad de amigos que, como digo, respondieron a nuestra invitación y vinieron a vernos, sino porque el ambiente comenzaba siendo una imagen de sí mismo, de lo que teníamos en el corazón cuando decidíamos comprar una antigua colchonería, en un barrio con características muy particulares. Había gente de diferentes razas, de unos cuantos países distintos y de orígenes sociales (¡y eclesiales!) francamente diversos. Las tres grandes familias cristianas, católica, evangélica y ortodoxa, estaban representadas…
Yo veía todo esto y me decía: “Sí, esto es lo que queremos: ¡esto es Fe y Vida!”, un sueño hecho realidad: una etapa más.
¿El camino a seguir? Creo que es éste. En mi pequeña charla hablé de ciertas verdades que me parecen cada vez más sólidas e incontrovertibles: 1) Que la auténtica relación con Dios, cambia la vida, 2) Que la pequeña comunidad cristiana, a escala humana, es la salvación del mundo, 3) Que la Biblia es la Palabra de Dios que nos orienta y guía, 4) Que la Iglesia es Una, que es Apostólica y que es Universal, 5) Que el Discipulado es el camino a seguir para crecer y madurar en Cristo , 6) Que los cristianos debemos estar en las periferias del mundo, hablándole con sus palabras y su cultura, y transmitiéndole la fe, a través de la belleza.
¡Ojala la historia de ayer pueda repetirse pronto en otros lugares, y en otras vidas!
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