¿Recordáis cuando hace un par de semanas Adela nos hablaba de la misión de Burgos? Pues el día llegó, y desde Cantabria llenamos tres coches para preparar una asamblea de F&V con todo lo que tiene que tener. Gente del ministerio de música, de decoración, de acogida, una persona encargada de la predicación, los instrumentos, un roll-up, la mesa de mezclas, el proyector…

 

No es que estuviéramos nerviosos propiamente dicho, cada uno de nosotros ya está acostumbrado a poner sus dones al servicio de la comunidad en el núcleo de Torrelavega y los ensayos, la formación y el esfuerzo, dan sus frutos. Pero, aún así, se respiraba cierta tensión en el ambiente. La tensión de la ilusión, del “qué tal irá”, de ese preparar con ilusión algo que llevas tanto tiempo esperando.

Lo cierto es que Burgos está más cerca de lo que parece, sobre todo si vas en el coche con tus hermanos de comunidad J. La logística no es nada que no hayamos hecho ya antes, y la acogida bien merece la pena. Nada más llegar allí tuvimos al párroco dispuesto a ponernos todas las facilidades posibles para que nos instaláramos y, a los diez minutos, ya comenzaron a llegar hermanos de Burgos para echar una mano.

 

El ministerio de música estuvo sobresaliente (como siempre últimamente, por otro lado) y luego Luis Priede compartió con todos los presentes qué le había llevado a él allí y cuáles eran las bases de la comunidad. Está bien, es empezar por el principio, para que todo el mundo sepa de qué va todo esto.

 

Asistió gente de todo tipo. Tuvimos desde alguna de las personas que vivió el “Movimiento de Burgos” a la vez que Josué hasta un chico que ha venido al IMPACTO los últimos dos años, además del grupo de Burgos que nos esperaba.

 

Luego, pues como siempre, que si sacas algo de beber, que si Chari había hecho unas rosquillas de anís… pues nos acabó dando la hora y tuvimos que desmontar y volver de nuevo a la tierruca, pero en dos semanas volvemos con gran fiesta de inauguración, ¡a la que estáis todos invitados!