Del 31 de octubre al 3 de noviembre tuvo lugar el Encuentro Nacional de Jóvenes (ENJ) de la Renovación Carismática en el seminario de las Rozas de Puerto Real, en Madrid.
Este año nuestra comunidad participó impartiendo un taller sobre el discipulado.
La historia fue, más o menos, así:
Con el inicio de un nuevo curso, desde el ministerio de jóvenes empezamos a plantear (por no decir, soñar) las líneas por la que queríamos avanzar en los núcleos de Cantabria y Granada principalmente, pero sin olvidar a aquéllos que están solos. Aunque cada núcleo parte de realidades distintas, veíamos un punto de encuentro: la necesidad de nuestros chicos de juntarse y rezar, así nos lo habían manifestado en varias ocasiones.
Mientras estábamos madurando esto, Olalla, la responsable nacional de jóvenes de la Reno, se puso en contacto con nosotros para invitarnos a hablar sobre el discipulado en el ENJ; estaban interesados en que mostrásemos cómo trabaja la comunidad este tema. Aceptamos con la condición de que pudieran asistir nuestros jóvenes y fueran parte activa en el taller.
Nos pareció una oportunidad para que vivieran una misión: nos llamaban para hablar de nuestra realidad, que ellos están viviendo, y los destinatarios eran gente de su edad y, mayoritariamente, de sus circunstancias. Era como decirles: “todo lo que os hemos contado hasta ahora, es el momento de que se lo contéis a otros”.
La idea fue acogida por nuestros chicos con muchas ganas. El taller se estructuraba en dos partes: una presentación de cómo entendemos el discipulado y un trabajo en grupos en el que nuestros chicos contaban cómo ese proceso era real en sus vidas. Entre algunos jóvenes elaboraron una dinámica que consistía en un test de personalidad y una reflexión sobre lo que querían para su vida de fe y lo que hacían para conseguirlo. Además, para empaparse bien del tema, les mandamos revisar los vídeos que tenemos en el canal de YouTube sobre el discipulado y algún otro material que nos pareció útil.
Se lo tomaron muy en serio: hicieron los deberes, se organizaron y tuvieron que reflexionar sobre cómo están en su proceso de discipulado. A mí me pareció que resultó muy bien. El taller fue el viernes por la tarde y esa misma noche se daba la oportunidad de que el que quisiera se acercara a conocer cada una de las realidades que habían ido al encuentro. Sentados en las escaleras del escenario respondieron a todas las preguntas que les hicieron: hablaron desde el día a día comunitario hasta de la visión.
Resulta que hemos encontrado el McDonald equidistante entre Cantabria y Granada, en Boadilla del Monte, en la calle Santillana del Mar. Re-comiendo todos juntos, comentando las mejores y peores jugadas del encuentro, riéndonos y queriéndonos un montón, terminó la historia. Para mí, de las mejores que he vivido con ellos.
Personalmente, he sacado bastantes conclusiones. La gente que quiso conocernos eran veteranos en la fe (no quiero decir con esto que fueran mayores) lo que me llevó a pensar que nuestra visión encaja en un perfil con trayectoria, que da respuesta a los que buscan conocer más. Además, Olalla quiso que, en el encuentro, se introdujera el mentoreo como nosotros hacemos en el IMPACTO, incluso nos pidió unas directrices para dar a los mentores sobre en qué consistía y qué tenían que hacer. Y, por otra parte, la Renovación ha puesto en marcha una escuela de discipulado que funciona parecido a nuestro curso de formación. Ver que espiritualidades distintas con procesos de creación y crecimiento distintos, se unifican en la forma de entender cómo trabajar con jóvenes, me hace a pensar que la Verdad es única y lo que cambia es la manera de llegar a ella.
Viendo cómo salió todo creo, sinceramente, que tenemos una cantera genial, y no me refiero únicamente a los chicos que fueron al encuentro, sino a todos, los que se quedaron en casa y los de Valencia. Durante estos años los hemos visto crecer, caerse, levantarse, dudar, optar, sufrir, encontrarse, disfrutar, quererse, etc. y espero verlos convertirse en adultos en la fe que repitan con otros lo que estamos haciendo con ellos. Que el Señor los bendiga (nos han tocado los mejores).
Dolos
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