Hola a todos, me dirijo a vosotros para contaros mi experiencia en el congreso Nacional
de Laicos “Pueblo de Dios en Salida”, celebrado el fin de semana del 14, 15 y 16 de
febrero en Madrid. Han asistido un total de 2000 personas de todas las diócesis de
España, en su inmensa mayoría laicos. Desde la diócesis de Santander hemos
participado personas de distintas realidades junto con nuestro obispo Don Manuel y
Don Ricardo. Han sido tres días intensos, la diócesis se ha hecho cargo de los gastos del
congreso y el transporte, nosotros hemos puesto nuestro entusiasmo y las ganas de
involucrarnos en un proceso de cambio, en el que los laicos somos parte fundamental
del pueblo de Dios, ya que este congreso de laicos 2020 buscaba ser el comienzo de un largo recorrido.
El viernes comenzó el congreso con la intervención del Cardenal Ricardo Blázquez,
arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE, el Cardenal Carlos Osoro, Isaac Martín,
laico y miembro de la comisión Ejecutiva del congreso, y el Cardenal Kevin Farrell. A
continuación, la ponencia inicial fue realizada por José Luis Restán, director editorial de
COPE. El día terminó con una vigilia de adoración, en la que tengo que decir que me
gustaron de manera especial tres testimonios de fe dados por tres laicos.
El sábado se llevó a cabo el eje central del congreso, todos los participantes nos
dividimos en cuatro itinerarios elegidos por nosotros: primer anuncio,
acompañamiento, procesos formativos y presencia en la vida pública. Cada uno de ellos
estaba encabezado por una ponencia inicial y subdividido en diversas líneas temáticas.
Las diferentes temáticas dieron la oportunidad de realizar grupos pequeños de reflexión
en los que se exponían testimonios, se respondieron preguntas y se compartió. De las
propuestas de los propios congresistas se extrajeron las respuestas a tres preguntas
clave: ¿Qué actitudes hemos de convertir? ¿Qué procesos hemos de activar? ¿Qué
proyectos podemos proponer? Todo ello plasmado en el Instrumentum Laboris,
documento pre-congreso al que todos los congresistas hemos tenido acceso y que se ha
planteado como marco de referencia.
La noche del sábado asistimos a un concierto de música cristiana en el que participaron
la mayoría de músicos del panorama católico español.
El domingo tuvo lugar la ponencia final del Congreso, un texto que fue terminado a lo
largo de la noche del sábado. Los comunicadores fueron Mons. Antoni Vadell, obispo
auxiliar de Barcelona y Ana Medina, periodista de TRECE TV. La ponencia final tuvo
un doble objetivo: por un lado presentar las aportaciones que los grupos de reflexión
han formulado tras su recorrido por los cuatro itinerarios y, por otro, ofrecer un
escenario de futuro inmediato que permita profundizar en las prioridades que se han
podido identificar durante este proceso. El congreso acabó con la eucaristía presidida
por el Cardenal Ricardo Blázquez.
Hubo aportaciones que me gustaron mucho de esta ponencia y me quedo con ellas. Los
laicos somos discípulos misioneros: con la mirada puesta en Jesús, conscientes de
nuestra propia vocación y con una vida entregada a los demás”.
¿Quiénes forman parte de este pueblo misionero y santo? Hombres y mujeres
con diversidad de vocaciones, carismas y ministerios”.
También se ha hablado de reconocer el valor y la importancia de la cultura: “la cultura
que vivimos trae nuevas preguntas y desafíos antropológicos y culturales”.
El congreso ha sido una oportunidad para conocer gente muy maja de la diócesis que
pone su vida al servicio, disfrutar de los testimonio de personas entregadas a Jesús
desde su vida cotidiana. Me ha gustado cómo muchas personas tienen inquietudes por la
formación y existe convicción de la importancia de la conversión personal y la oración.
La importancia de no olvidarnos de los pobres. Compartir tu lenguaje con personas
desconocidas te abre los ojos te muestra que el espíritu está transformando a las
personas y que hay mucha gente que entrega su vida a los demás, haciendo cosas muy
chulas desde su colegio, parroquia, universidad, su lugar de trabajo, comunidad o grupo.
Tengo que compartir que me he sentido orgullosa de ser parte de Fe y Vida, pues
temáticas de las que se han hablado y que pueden ser novedosas para algunos, nosotros
las estamos desarrollando en nuestro día a día y son eje vertebral de nuestra comunidad.
Guada
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