Cuando uno dice sí al Señor, Él te toma la palabra y te tiende una mano para poder realizar la misión que tiene para ti en un lugar y momento determinado.
Hace un par de meses en Meco, más concretamente en nuestra Casa comenzamos la gran aventura de abandonarnos a lo que creíamos que Dios nos pedía. A veces
queremos que Dios nos hable directamente, pero en esta ocasión habló claramente por los acontecimientos, a través de otras personas que se nos acercaban y que
veíamos que tenían mucha hambre y sed de Dios.
Con el apoyo integro de la Comunidad, abrimos nuestra casa, a personas que quisieran cada viernes hacer un ratito de oración, que tuvieran deseos de hablar con Dios,
compartir con otros hermanos que se encuentre en las mismas circunstancias que ellos.
En todo este tiempo hemos visto como el Señor nos utiliza como puente para que lleguen a Él, nosotros no somos nada más que meros instrumentos que ponemos nuestros
talentos, muchos o pocos para que Dios los transforme, nos transforme, y así se haga vida y presencia en cada viernes.
Sí, abrimos nuestra casa, nuestro comedor que se ha quedado pequeño… que cada viernes desmontamos de muebles, para adornarlo con nuestras alabanzas al Señor, en el que se
puede respirar la presencia de Dios. Es un gusto y placer ver como las personas se esponjan, comparten sobre un mismo tema, la fe que nos une.
La familiaridad del entorno hace propicio para que cada uno se sienta como en casa, sin perjuicios, ni medidas… después de la parte espiritual viene la confraternización,
entorno a un refresco y unas patatas fritas… uno puede encontrar en los hermanos la comprensión de poder vivir la fe.
Poco a poco el grupo además de ir creciendo en número ha crecido a nivel de fe, es una alegría ver como hay personas que llevaban muchos años alejados de la Iglesia y
con una fe a su medida, y ves como Dios te utiliza para desmontar todas sus ideas, pensamientos y así acercarse más transparente al Señor.
También uno piensa que merece la pena cuando descubre que las personas tienen mucha necesidad de Dios, que te piden como seguir día a día comunicándose con el Señor,
que quieren hacer oración diaria, hablar con Dios en un lenguaje cercano, con aquel del que se sienten verdaderamente queridos, amados por lo que son y tal como se
encuentran en su día a día.
Merece la pena, abrir tu casa viernes tras viernes, compartir tú tiempo, ese tiempo que Dios te regala para poner al servicio de los demás.
Este fin de semana nos hemos juntado con otros hermanos de la Comunidad en un día de retiro, ha sido una maravilla ver como Dios habla y confirma por los acontecimientos,
desde ese primer anuncio del Kerigma, al tiempo de compartir, al momento de intercesión…. Como las personas nos derrumbamos de nosotros mismos ante la presencia de Dios, ante
ese encuentro de tanto amor y ternura, con Él por los hermanos, esas palabras que Dios nos da, que debemos escuchar en ese preciso momento de nuestra historia personal.
El Señor se hace patente en nuestras vidas, en el día a día sólo hace falta querer y dejar que Dios te proponga su misión, la misión que Él tiene para ti, que Él quiere
que desarrolles en un lugar concreto, con una Comunidad de hermanos que te ayudan y animan a ver el proyecto que Dios tiene para ti. Hermanos esto es Fe y Vida Meco, os
animamos a que sigáis orando por nosotros, para que nos siga dando mucho ánimo e ímpetu para seguir la misión que este año hemos comenzado.
Gaby
Dale caña Gaby!!!! 🙂
Dios es mentira. Uds. dicen que con clamar es suficiente. LLEVO 5 MESES CLAMANDO POR UN EMPLEO, con todas las consecuencias del caso. Entonces, xq a uds si les oye y a mí no. Dios solo hace marketing, solo oye a algunos y los demás que se jodan. No m vengan q es una prueba. Odio a Dios. Me provoca dinamitar Iglesias por sus mentiras. El dice vengan a mí los que estén cansados y dejen su carga, hace rato que se la dejé y no ha pasado nada. Tengo los bancos encima, cosas que pagar y él no hace nada. He orado en nombre de Jesús, por su sangre la sangre y todo sigue igual. Hace rato que me entregué a él, hace rato que me unía el pues me harté ahora me salgo de él.
Hola Álvaro. No podemos comprender a Dios y tampoco manipularle. En la vida nos ocurren cosas que no podemos controlar que se escapan nuestro entendimiento pero no podemos culpar de ello a Dios. Sentimos mucho la situación en la que te encuentras. No sabemos si tenemos alguna forma de ayudarte. Si que te podemos decir que Dios no se ha olvidado de ti aunque ahora no puedas entenderlo. Rezaremos por ti y si hay algo que podamos hacer por ti dínoslo. Un abrazo en Jesús y María.