Ya hace un mes que regresamos a nuestros hogares y aún puedo recordar todo lo vivido y experimentado en aquel precioso lugar, tan lleno de Dios: el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), donde se celebró el Encuentro Nacional de Jóvenes (ENJ) 2012.
“Vivid como Hijos de la Luz” fue el lema que durante todo el puente de la Inmaculada escuchamos en este encuentro organizado por la Renovación Carismática Católica de España y al que tuvimos el privilegio de asistir, y digo privilegio porque este año las plazas se agotaron pronto y muchas personas se quedaron con ganas de ir. Allí tuvimos también la oportunidad de encontrarnos y conocernos por primera vez, algunos de los hermanos de la Comunidad Fe y Vida de Granada y Cantabria.
Muchas eran las ganas que teníamos de que llegara la fecha del encuentro, incluso los más veteranos en esto ya que sabemos que venimos renovados y que siempre hay un punto de inflexión en nuestra vida después de un ENJ: el paso de Cristo por nosotros.
Al llegar, nos dijeron que éramos casi 500 personas, ¡qué pasada! -pensé yo- puesto que no todos los días se ve en un mismo lugar ese número de personas reunidas para bendecir y alabar al Señor. Y no sólo eso, sino que, en otros lugares de España, conventos incluidos, había gente rezando por nosotros, para que el ENJ fuera fructífero y hubiera un auténtico derramamiento de Espíritu Santo. ¡Y vaya si lo fue! Desde el minuto 0, como se suele decir, hasta el último momento, todo fueron bendiciones y regalos de Dios para con nosotros. Tuvimos tiempo para alabar, adorar, asistir a las catequesis y seminarios… Hubo tiempo hasta para un concierto de Migueli la última noche y para estar compartiendo momentos de charlas y diversión con el resto de hermanos. Pero, por no faltar a la verdad, diré que me hubiera gustado que no se acabara nunca o que al menos durara una semana, aunque, todo lo que allí recibimos hemos de repartirlo después en cada lugar de origen.
Las predicaciones las llevó el Padre Ángel Hernández de la Diócesis de Osma-Soria. Este hombre tiene una gracia divina especial pues habla con un lenguaje claro, que nos llega a los jóvenes directo al corazón. Desde luego, el Señor sabe utilizar buenos instrumentos para comunicarse. De esta forma, no nos quedó ninguna duda de que somos únicos, originales e irrepetibles y que, a pesar de que nadie nos quiera, hay una Persona que siempre nos amará, pues dio su vida por nosotros: Jesucristo. Sabiendo esto, podemos realizar todo lo que nos propongamos, pues, aunque caigamos en nuestras debilidades, Él siempre va a estar con nosotros, porque nos ama. Y tenemos que creérnoslo, amarnos a nosotros mismos y vivir alegres, teniendo la certeza de la existencia de nuestro Padre celestial.
Este año los talleres estuvieron muy bien organizados, pudimos asistir a dos de ellos cada uno. Fueron sobre la Evangelización en diversas realidades, la Acción Social, el Ecumenismo, los Medios de Comunicación, la Bioética y el Año de la Fe. En cada uno reflexionábamos sobre los distintos temas que tan de moda están en estos tiempos como el aborto, la unidad de los cristianos, las sectas y los peligros encubiertos del yoga y la new age, o para conocer más cosas sobre el catolicismo. Mientras tanto, los adolescentes iban a seminarios sobre Relaciones Personales y Afectivas.
El tiempo allí, parecía que se detenía o tal vez era nuestra mente la que quería que se detuviese para poder estar más rato con el Señor. Era genial lo que se sentía en los momentos de alabanza, viendo a 500 personas saltando y alabando a Dios. Impresionantes también fueron los momentos de Adoración en la presencia de Jesús y algunos hermanos decían “levitar” al salir de la intercesión; la confesión, al ver que Cristo te lo perdonaba todo y que toda tu vida era nueva en aquel instante.
Es difícil poder resumir tanta bendición recibida en pocas palabras. No puedo terminar sin destacar que al llegar a Granada, no éramos los mismos que nos fuimos, esto lo notaron nuestros amigos, nuestras familias, los hermanos de la comunidad…algo había cambiado dentro de nosotros, no había sido un encuentro más, fue un ENJ diferente y por esa misma razón nosotros también éramos diferentes. Queríamos vivir realmente como hijos de la luz y así queremos que siga siendo… pues no hay nada mejor en esta vida que sentirse plenamente amado. Este es ahora nuestro deseo, poder transmitir este Amor tan inmenso a todos los demás.
¡GLORIA A DIOS!
Marian
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