El año pasado mi marido y yo fuimos con los niños a vivir un año a Inglaterra. Nos llevamos solo lo estrictamente necesario pero, una de las “cosas” más necesarias no pudimos subirlas al avión: la comunidad. Veníamos de una dinámica de asamblea semanal, reuniones de ministerios, etc.

 

Llevábamos 2 semanas viviendo en Londres. Un domingo a las 15:00 h, viendo una exhibición aérea de aviones llega Jesús y me dice: en una hora comienza un servicio de Hillsong y lo tenemos a una hora de aquí.

 

Allá que fuimos. Pudimos unirnos en oración gracias a la música. Ese día salieron unas 5 personas a contar sobre su experiencia de su día a día con Dios. Es impresionante cuando por el idioma, lo único que entiendes son unas pocas palabras de una mujer que allí hablaba. Parecía que sus palabras eran para nosotros. Cuando terminó todo fuimos a conocerla. Increíble la acogida que nos hizo. En un segundo logramos una conexión que sabíamos que sólo el Señor es capaz de regalarla. Ella rápidamente nos presentó a un matrimonio que iban a tener una niña para que le ayudase en la última etapa del embarazo.

 

Hemos tenido la suerte de comenzar un camino con ellos en el que nos hemos sentido familia, hijos de un mismo Dios. Hemos rezado, compartido, comido y jugado juntos.

 

Gracias Señor por llevarnos ese día a ese servicio y gracias hermanos de Hillsong Bermondsey por vuestro ministerio de acogida y por vuestra entrega generosa a unos hermanos españoles católicos que siempre os llevarán en el corazón!!

Bemi