El fin de semana del 21 al 23 de febrero participé, junto a tres personas más de la archidiócesis de Tarragona, en el III Encuentro de Spei Mater (Madre de la Esperanza), que bajo el lema “Libres para evangelizar” se celebró en Guadarrama (Madrid). Spei Mater es una asociación pública de fieles católicos en defensa de la vida y la familia, creada en el año 2012, presente en 40 diócesis de toda España y que desde el año 2016 está en la de Tarragona y es desde entonces que participo de su carisma y misión. Un carisma y misión muy interrelacionado y compartido con nuestra lectura fundacional.

 

Desde hace ya muchos años el Señor ha puesto en mi corazón que la Iglesia tiene que estar con su pueblo sufriente y, o acompañamos esa realidad, o nuestra razón de ser no tiene sentido. En concreto ese sufrimiento a mí se me ha revelado con las mujeres embarazadas, que de alguna manera u otra se encuentran solas ya sea a nivel físico, emocional y/o espiritual.

 

Ello hizo que desde ya hace 17 años me interesara por ello y entrara en contacto con personas o grupos que tienen ese mismo sentir. En todo este tiempo he descubierto que nuestra Iglesia es muy rica en carismas y en personas entregadas a vivir y seguir la voluntad del Señor.

 

Bueno, al grano, en tres días hemos podido compartir el trabajo que realizamos por la vida en las diferentes diócesis españolas, compartiendo sobre los tres proyectos que esta asociación propone: Proyecto Raquel, Proyecto Ángel y Parroquias por la vida.

 

Lo compartimos a través de los FARO, un instrumento para analizar las fortalezas, las áreas de mejora, los retos y las oportunidades de cada territorio. Yo resaltaría lo que se está haciendo desde Ibiza, que es llevar Proyecto Raquel a la prisión y nos compartieron que lo que les sorprendió fue que la mayor respuesta la obtuvieron del módulo de hombres. Verdaderamente Ibiza sí ha salido al encuentro del hermano llevando la esperanza a un sitio que, por las características de éste, es difícil encontrarla.

 

Ponencia Rocío Quintanal

 

Además de ello se nos presentaron las nuevas iniciativas a implantar y desarrollar próximamente:

 

  • El juego de mesa “la Odisea de la Vida”, para educar sobre el valor de la vida,
  • El “Proyecto Koumi”, proyecto de sanación para las víctimas de abusos y heridas sexuales.
  • La metodología de acompañamiento “Vocare”.

 

Y el encuentro se completó con las ponencias que llevaban por título:

 

  • “Al servicio de la Vida: fieles a Jesucristo”;
  • ”Tentaciones en los proyectos”
  • “Las otras víctimas de la cultura de la muerte”.

 

El regalo final fue el testimonio, bajo el título “De la muerte a la vida de la mano de María”, que nos compartió María Martínez, enfermera abortista y mujer rescatada por el amor de Dios. Regalo porque pudimos experimentar ser testigos, una vez más del amor y misericordia de Dios por y con sus hijos, de cómo Él perdona nuestros pecados y de cómo el bien vence al mal, concretado en la vida y testimonio de una mujer del s. XXI.

 

Además del compartir y del aprendizaje, fueron tres días en los que vivimos la comunión y la hermandad, nos juntamos personas de diferentes asociaciones, fundaciones, comunidades, con diferentes vocaciones, matrimonio, religiosa, célibe… Todos con un mismo sentir y una misma misión:

 

  • Acercar la misericordia de Dios a la mujer y el hombre de nuestro tiempo.
  • Hacer que la pastoral por la vida forme parte de la pastoral ordinaria de nuestras diócesis.
  • Acompañar el sufrimiento de las personas que se acercan a los diferentes proyectos.
  • Y dar gracias a Dios por todo lo que hace con sus hijos amados (nosotros).

 

Y os preguntaréis…. ¿y F&V qué pinta en todo esto? Pues somos una comunidad más, colaboramos y participamos con ellos desde Granada (Ana, Maite y Rut) y Tarragona (Rocío). A  través de nuestra participación en alguno de los proyectos llevamos el carisma de IS, 61; o el carisma de IS, 61 nos lleva allí y respondemos a nuestro compromiso de estar al servicio de la diócesis en las que vivimos. Además de ser presencia y servidoras del reino de Dios en España.

 

Ha sido un lujo poder compartir esta experiencia con Rut, que desde Granada también pudo desplazarse a Guadarrama.

 

Rocío