Objetivo
Ser discípulo es más que saber de Jesús, más incluso que creer en Él. Ser discípulo implica un encuentro personal con Cristo, una vida sana y ordenada en el Señor. Queremos establecer las bases de cristianos maduros, personas íntegras, con vidas alineadas y unificadas con Cristo, cuidando sus dones, su personalidad propia, y sus relaciones.
Jesús no pide personas que crean en Él o que conozcan sus enseñanzas. Quiere discípulos (Mt. 28, 19). El discípulo cree, aprende y sigue. En la escuela se busca caminar con Jesús, intimar con Él. Perseguimos madurar junto a Él y en comunidad, de la mano de los que lo han seguido antes. Se trata de hacer un camino como lo hicieron sus primeros seguidores.
Es también de un camino de autoconocimiento y de mejora personal a través de lo cotidiano, del roce con los demás, la oración, el acompañamiento…
Metodología
El discipulado se concreta en un trabajo intensivo en tres aspectos: vida de fe, mentoreo, formación.
- Vida de fe: La práctica diaria de la oración personal, la alabanza en comunidad, la lectura de la Biblia, la búsqueda de Dios en todo lo que hacemos cada día y en las decisiones que tomamos.
- Todo esto, acompañado durante todo el curso por un mentor, que apoya, aconseja, estimula nuestro crecimiento e ilumina aspectos vitales de nuestra persona.
- Para completar el recorrido, una formación intensiva, que abarca todos los aspectos: cristiano, psicológico, relacional, comunitario. Profesores de los más diferentes ámbitos van a ayudarnos a comprender quiénes somos, por qué actuamos como lo hacemos, desarrollo de la inteligencia emocional, qué significa ser cristiano en comunidad, qué nos dice Dios en la Biblia, teología fundamental…
En el discipulado no hay fases, no hay un momento en el que ya estemos totalmente preparados para dejar a un lado la formación o de preocuparnos de mantener nuestra vida de oración. El discípulo crece contantemente y aporta constantemente.
Por eso, una vez que hemos puesto las bases las primeras semanas sobre quiénes somos y qué buscamos, potenciamos a la vez nuestra vida de fe (orando intensamente, formándonos) y, al mismo tiempo, la práctica viviendo en comunidad, colaborando, relacionándonos. Nuestro trabajo diario, la ayuda en los ministerios y una continua entrega a los demás va a una con nuestra propia responsabilidad de “mantener lleno el tanque” psicológica y espiritualmente, orando, leyendo, preguntando… Además, a medida que vayan desarrollándose las misiones de la comunidad a lo largo del curso, podrás participar en prácticas en distintos ministerios: misiones en otras ciudades, catequesis de jóvenes, actividades con niños, nuestro campamento de jóvenes IMPACTO…
Papel de la comunidad
Todos los que vivimos alrededor de Fe y Vida hemos experimentado la riqueza que supone vivir en una comunidad de hermanos. Un lugar seguro en el que poder poner al descubierto quiénes somos realmente y la necesidad que tenemos de sentirnos amados y sostenidos en nuestra debilidad. Comunidad significa poder poner nuestra verdad en manos de otras personas: hermanos que, por amor a Dios, nos van a amar tal como somos. Y poder confiar en ellos.
Comunidad significa tener un proyecto de vida, compartir con otros la visión que Dios te ha puesto en tu corazón al llamarte.
Esta comunidad quiere colaborar con esa visión y verte crecer como discípulo. No es necesario que formes parte de la comunidad Fe y Vida, ni siquiera que compartas todos los aspectos de su carisma o del cristianismo católico. Nuestra llamada a la unidad nos anima a reunir en nosotros miembros de cualquier denominación cristiana y a respetar profundamente la intimidad de cada discípulo con Cristo en el lugar en que se encuentran. Sin embargo, toda la formación, el acompañamiento y el discipulado que se realiza crece a partir de su propio carisma, de forma que podrás conocer muy de cerca a la comunidad que te acoge. Y te acompañaremos en la búsqueda de tu propia comunidad, sea cual sea la que creas que Dios tiene pensada para ti, para que puedas realmente madurar como cristiano.
A quién está dirigida
Personas entre 18-25 años con inquietudes. ¿Lo primero? Vivir en cristiano. A veces convertidos, a veces en camino. Está dirigida a ti si deseas realmente seguir a Dios con toda tu vida, con una visión diferente. Si aceptas un consejo, si te dejas hacer, si no te importa rozarte con otras personas, arriesgarte a ser descubierto, si no tienes miedo de mostrar tu debilidad, si crees que no puedes seguir a Jesús con tus propias fuerzas. Si quieres descubrir que Dios es más de lo que pensabas, que está más cerca y que puede tener planes diferentes a los tuyos, metas más allá de las que pensaste. Si para ti lo primero es vivir en cristiano, te acompañaremos.
Lee aquí de primera mano un testimonio sobre la escuela de discipulado
Información
Fechas: noviembre – junio.
Precio: 1.800€ curso completo.
Dirección de la EDIS: Sonia González.
Profesorado: Josué Fonseca (fundador de Fe y Vida), Sonia González (secretaria de Fe y Vida), Adela Montes (miembro del consejo de Fe y Vida), Luis Priede (profesional de cuidados paliativos y experto en acompañamiento).
Horario tipo
L-V, Mañanas: Oración, labores en la casa, acogida y estudio personal. Comidas en común.
L-V, tardes: Oración personal, talleres y clases, acogida y oración comunitaria.
Los fines de semanas se organizan según las necesidades y peticiones particulares. Por ejemplo, es normal que los sábados por las tardes sean libres y que se invite a colaborar en tareas comunitarias o que se compartan ratos de ocio con otros hermanos.
[…] a mí cuando aterricé, hace un par de años, en Siquem (la casa comunitaria) para realizar la Escuela de Discipulado. Fue un termómetro para reconocer en qué patrón me movía y conocer, a la vez, cuánto distaba o […]