Cuantas veces habré escuchado a lo largo de mi vida, que sólo se encuentra lo que se busca,
pues es imposible darle el encuentro a algo que antes no se andaba buscando…aunque muchas veces
no sepamos ni el qué concretamente, pero sabemos que ….buscamos “algo”. Un amigo, una profesión,
cumplir una meta, un camino, un sentido a nuestra vida…siempre andamos buscando, pues es lo que
nos da el motivo para levantarnos por la mañana cada día. Encontrar o no, eso no lo podemos saber
cuando iniciamos la marcha, pero lo esencial son esas ganas de seguir siempre buscando.

En mi caso, en esta última etapa lo que más desesperadamente buscaba era encontrarme con Dios.
Me he llevado mucho tiempo perdida, dando tumbos, sin saber a ciencia cierta qué rumbo quería que
tomase mi vida, ni cuál era siquiera su sentido, un “para qué”… Los caminos que estoy tomando
¿a dónde me están llevando? Porque no me siento plena….por aquí entonces no es…pero entonces,
¿¿por dónde?? Tengo a mi familia, he terminado por fin la carrera que me gusta y gracias a Dios
pude estudiar, no me falta nada de las necesidades básicas….pero ¿por qué me siento entonces
tan vacía?…algo me falta… (Y sentía que no era nada que pudiese venir de fuera, nada de lo
material llenaría ese hueco).

Yo necesitaba tener un encuentro real o algo siquiera con Jesús, porque hasta mi fe estaba tan dormida que
ya no sabía si creía, si no, pensar siquiera si Dios existía…no lo sentía hacía tanto.

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Solo puedo dar gracias porque antes de ir a este Impacto se presentaron personas en mi vida que
me han ayudado muchísimo en este tema, guiándome, dándome respuestas a todas esas preguntas
que surgían en mí, ayudándome a empezar a despertar; y gracias a ellas conocí este maravilloso Impacto.

Antes de ir tenía muchos miedos, incertidumbres, conocía a pocas personas de las que iban, y las
conocía de hacía poco; que era en Cantabria, justo en la otra punta de España de donde vivo… pero
no hubo más que pisar ese lugar para sentir que todo se disipa.

La acogida que te dan ppfff es maravillosa, se respira un cariño desde el minuto uno, una atención,
una amabilidad… todo lleno de gente súper joven, de todas partes, que comparte las mismas inquietudes
que tú…todas estamos buscando; algunos sabrán el qué, otros van expectantes, pero todos queriendo
al menos saber, respuestas, aunque sea por curiosidad; pues para todo en la vida para poder opinar
con criterio y decidir lo que queremos, hay que conocer primero ¿no?

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Enseguida se crean unos lazos súper bonitos entre todos los chavales que estábamos, da igual la edad
que tengamos cada uno, estamos como sintonizados y felices…En serio, no se puede más que explicar
como que…se siente uno en casa; entre familia, con una confianza, amor, confidencialidad para poder
hablar con cualquiera de los monitores de lo que sea; una organización, compañerismo, colaboración,
turnos para hacer las cosas entre todos…¡como una casa y una familia grande! un clima de paz… es como
ir al campo, cerrar los ojos y coger una buena bocanada de aire puro que te llena los pulmones limpiando
todo lo que haya regular por ahí. Así me sentía yo =)

Allí he sentido el amor y la calidez humana para empezar; y el primer día, cuando tres chavales de entre
16 y 19 años hablaron de sus vidas, cómo era antes y cómo sintieron ellos la presencia de Jesús y cómo les
había cambiado desde entonces…. me di cuenta de lo ciega que había estado, incrédula, desconfiada y egoísta.
Tantas veces que pedí que Dios me hablase, que me dijese algo, que existía al menos, que me diera alguna
prueba, ¡una señal por favor!… y allí estaba, hablándome a través de esos chicos, haciéndome comprender
que así es como habla Él, que se vale de las estupendas personas que nos pone alrededor, que son sus manos,
sus pies, su boca, sus oídos; y yo queriendo todo para mí, señales a mí, palabras directas, en modo…”si no
es a mí no me lo creo, si no veo, escucho o toco, no me lo creo”… Y entender que la Fe no funciona así… que
no tengo más que abrir los ojos y ver todo lo que tengo a mi alrededor, cada persona con su testimonio particular,
cómo se manifiesta en todo mi alrededor y yo sin darme ni cuenta….E incluso en mí misma ¡y no lo veía! Porque
las casualidades no existen. Yo no estaba allí con esas personas, ni escuchando esas cosas “por casualidad”.
Sentí que me estaba dando lo que había pedido; esa señal…había ido a parar a un encuentro, con todas estas personas
tan amorosas, con ese mensaje a través de ellas. “Te escucho, y como ves no estás sola, siempre estuve aquí;
bienvenida a casa”. =)

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Los talleres que se han impartido, donde se hablan de un montón de cosas súper interesantes e importantes, no
solo de Fe, sino para la vida, cómo ser persona, valores… la apertura de la mente a un montón de ideas que nunca
se para uno a reflexionar a solas, ver cómo se te amplían las miras, aprendes un montón de cosas nuevas, perspectivas
insospechadas, y todo con tanto cariño, humor y unión entre los compañeros, que lo hace todo tan especial.

El modo de hacer oración que se hace, todos allí juntos, con música en directo…le llegaba a uno hasta lo más profundo,
realmente sentías una conexión especial con todo lo que te rodeaba, el entornos, las personas, Dios… no puedo explicarlo
con mejores palabras, es que…sencillamente se siente.

¡Y ni qué decir del ocio! Jajajajaj no había rato que no estuviéramos de risas aquí y allá, payaseando por los pasillos
todos con todos; los conciertos por la noche, a golpe de batería, guitarras eléctricas, bajos, todos cantando, saltando,
pasándonoslo bomba; y las actividades por la tarde, en mi caso ¡el surf! Pffff súper guayyy, muy divertido, y más aún
porque nos divertíamos en grupo y más te reías.

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Y las horas de las comidas pues más de lo mismo!! Jajajajaj momentos de distensión y súper buen rollo unido a que
estaba todo ¡mmmmm! De rechupete =D nos cuidaron hasta el ultimísimo detalle.

En definitiva, tanto el que sepa lo que busca como el que no, si no se arriesga uno a averiguar, en el mismo sitio
se queda, y yo animaría a todos a ir sin dudarlo.

Yo no puedo dar más que mil gracias por haber estado allí, y volvería a hacerlo con los ojos cerrados; pero siempre
abiertos la mente y el corazón a la sopresa de lo maravilloso que te pueda ocurrir allí…. Porque efectivamente,
IMPACTA, y you won’t be the same 😉

Sara