2Dios es amor y tiene un deseo inmenso de comunicarse con todos nosotros. Quiere amar y ser amado. Por ello despierta en el alma del hombre esa  misma sed, y si ella le corresponde, Él llena de inmediato ese vacío y esa necesidad. El Señor  tiene un plan para cada uno de nosotros, adultos,  pero también para los más pequeños. Con éstos tenemos, sí, el deber de estar a su lado cuidándolos y orientándolos a elegir el “bien”, pero sobre todo el de difundir el amor de Dios con el fin de que también ellos puedan experimentarlo en sus vidas. 

En esta palabras se pueden resumir los días que hemos pasado de retiro con el Grupo Nacional de Servidores de Niños de la Renovación Carismática Católica, que tuvo lugar en el Centro Misionero Verbum Dei de Loeches (Madrid). Este retiro estaba destinado a personas que sirven a los más pequeños en dicha RCC y también para todo aquel que realice un trabajo de evangelización con ellos o sienta la llamada a hacerlo.4
Nos parecía interesante poder asistir a este retiro. En la Comunidad tenemos un grupo bastante numeroso de críos y llevamos tiempo queriendo transmitirles la fe y presentarles un Jesús vivo que pueda ser significativo para ellos. ¡La tarea no resulta fácil! Por eso pensamos que la gente de la RCC podía enriquecernos mucho, debido a su experiencia de tantos años trabajando en este campo pastoral. 

A nuestra llegada, un grupo de “servidores” nos recibió con los brazos abiertos. Tras la acogida y el desayuno nos juntamos todos para hacer una alabanza en la que nos sentimos “como en casa”. Las enseñanzas fueron muy cercanas e interesantes. Recalcaron, por encima de todo, la importancia de evangelizar a los pequeños, pues el mayor regalo que le podemos hacer a un niño es Dios. El mundo le va a ofrecer muchas cosas, pero solo Dios puede sanar y llenar su alma vacía. Es de vital importancia que él también viva una experiencia del Cielo que sane su corazón herido. A veces pensamos que hay que esperar a la adolescencia para abordar estos temas, pero no es así. Tenemos que aprovechar la preciosa etapa de la infancia, pues los pequeños tienen una inmensa capacidad para absorber el amor de Dios.

mariasPara ellos nosotros somos el espejo de Dios, y esa es una gran responsabilidad que es preciso asumir. Así que debemos dar mucha importancia a nuestro lenguaje no-verbal, a lo que transmitimos con nuestros gestos, acciones, miradas…Nos animaron ayudarles  a vivir en presencia de Dios todos y cada uno de los momentos del día, y sobre todo por la noche. Debemos intentar que los niños acaben el día charlando con sus padres y hermanos, leyendo un libro, en oración… en lugar de ver la tele o jugando con videojuegos. ¡Y todo ello haciendo que se sientan muy queridos! 

Es fundamental, siempre que trabajemos con los más pequeños, tener en todo momento una gran apertura al Espíritu Santo, pues solo Él sabe lo que acontece en el corazón de cada uno, y muchas veces esto puede hacer que cambies los planes que tenías para ellos. También nos hablaron de cómo enseñarles a que vayan adquiriendo el hábito de la oración (la hora, el lugar, la forma…) realizando con ellos dinámicas que les enseñen, les animen y hagan de este momento algo atractivo y divertido.  5
Por último se tocó el tema de las enseñanzas. De cómo deben ser las charlas para los niños (breves, participativas, activas, divertidas…).Nos facilitaron un montón de material que ellos han usado en sus propios grupos (enseñanzas, dinámicas,  canciones…) que seguramente nos será de gran utilidad a la hora de trabajar con los nuestros. ¡Muchas gracias, de verdad! 

Aparte de todo lo aprendido en el retiro, éstos han sido para mí unos días preciosos de oración y comunidad con las de chicas de Fe y Vida que me acompañaban y por supuesto con la gente de la RCC. ¡Realmente ha sido un placer compartir este  fin semana con todos vosotros!

Marisol.