GRX AlbaicinR_7667“…Porque de lo que rebosa el corazón habla la boca” (Mt 12, 34). Recordando estas palabras de Jesús, no puedo empezar esta crónica sin decir ¡¡¡gracias Señor!!!

Por su infinito Amor, ha querido Dios derramarse en abundancia durante estos días, y superar toda expectativa que yo pudiera tener respecto a esta convivencia (y desde luego, tenía muchas). Tras unos años de travesía por el desierto, de sentir, como tanto hemos repetido este fin de semana, tener sobre nosotros un techo que no podíamos romper, el Señor ha escuchado nuestro clamor y ha venido a rescatar a su pueblo.

Ha venido en unos hermanos con unos rostros y nombres concretos: Josué, Anabel, Jairo, Sonia, Luis y Eva. Ha venido en una comunidad concreta: Fe y Vida. Porque somos tan pobres y torpes, que Dios procura no hablarnos de forma abstracta. Sus palabras han sido claras y directas, respondiendo a nuestras preguntas concretas, a la situación que estamos viviendo.P1030187

Sería muy difícil escoger un momento exacto de esta convivencia, pues de principio a fin ha sido un tiempo de gracia del Señor. Empezamos el jueves por la tarde. Recuerdo que al llegar ya vi aparcado el coche de nuestros hermanos cántabros, y empezaron las cosquillas por el estómago. Nos encontramos con ellos ya dentro de la casa, y nos saludamos con sincera alegría. Muchos de ellos eran conocidos para nosotros; hace unos diez años que comenzaron a darse viajes entre Torrelavega y Granada, en los que Dios fue estableciendo lazos entre los hermanos de ambos lugares. Aquellos rostros que saludaba me traían muchos buenos recuerdos… y seguía creciendo en mí la certeza de que esta convivencia sería muy especial.P1030228

Tanto esa noche como las siguientes, así como por las mañanas y previamente a las charlas, tuvimos un tiempo de oración. Casi podría decir que esta convivencia ha sido una oración continua, desde que entramos el jueves hasta que salimos el domingo; aunque entre una y otra oración, nos hayan hablado los hermanos, hayamos comido, compartido, bañado en la piscina (que hasta contar con una casa en la que bañarse era un regalo de Dios, en medio de este calor sofocante), descansado,… todo ha sido desde el Señor, desde su presencia constante. Y aunque no hubiéramos tenido tiempos de compartir y hablar con los hermanos, que han sido muchos y muy productivos (aunque uno siempre querría más), esas oraciones hubiesen sido suficientes para sentirnos un solo pueblo. Desde la más fuerte alabanza, a la más profunda adoración, la comunión al orar con estos hermanos nos hacía sentir conocernos desde siempre en el Señor.

Respecto a las charlas, también sería difícil quedarse con una sola cosa: la comunidad, sus puntos básicos, la visión, la misión, el discipulado, la evangelización… todo cuanto estos hermanos nos decían era un mensaje que encajaba en mi corazón como las piezas de un puzzle, que venía a dar forma y sentido a mis anhelos, que encendía mi corazón, que me mostraba un nuevo pueblo que sueña mis mismos sueños, que clama a Dios por cuanto yo lo hago, y que vive esto en una realidad concreta bendecida por nuestra madre Iglesia. Y para más bendición aún, con sus actos y sus propias palabras, estos hermanos del norte nos han mostrado una acogida, un profundo Amor en tan poco tiempo, que el corazón se estremecía sintiendo en ellos los cuidados que el Señor nos dispensa.

Se abre así un nuevo tiempo para este pueblo: Dios extiende un camino. Es cierto también que esto despierta en cada uno sentimientos tan diversos como hermanos venimos caminando juntos: hay quien ya anda por él con mucha ilusión y alegría, pero también hay quien duda, hay quien espera, hay quien teme… no importa. Dios respeta el tiempo de sus hijos, y con cada uno de ellos escribe la historia de forma distinta. Lo importante es que el Señor está obrando, que el tiempo de desierto llega a su fin. Como Josué nos decía, en un clamor que nos hizo derramar lágrimas, ¡no queremos perdernos!
 

Ante nosotros se extiende la tierra prometida, y deseamos tener el valor para tomarla, para que Granada, para que toda España, sea una tierra de Dios. Y ya no estamos solos en esta conquista. 

Gloria a Dios.